En su país se está formando un importante estruendo de aprobación a raíz del lanzamiento de sus dos discos, Bad Contestant (2018) y sobre todo con el segundo, Krystal (2019).
En su país se está formando un importante estruendo de aprobación a raíz del lanzamiento de sus dos discos, Bad Contestant (2018) y sobre todo con el segundo, Krystal (2019).
A pesar de su juventud, apenas 23 años, en Krystal realizaba un ejercicio de desprendimiento y cambio, tras una gira en solitario por los Estados Unidos y una ruptura amorosa. Siguieron entonces varios meses de reflexión, escritura y posteriormente grabación en su habitación del sur de Londres de un disco que en el que repasaba sentimientos muy profundos asociados a estos últimos meses pero también a momentos y personas importantes que han pasado por su vida. Finalmente, el pasado 7 de agosto, vio la luz lo nuevo de Matt Maltese, el EP Madhouse.
Madhouse contiene, en apenas veinte minutos, seis interesantes canciones entre las que se encuentra alguna, como “Queen bee”, en la que colaboran Brian D’Addario de The Lemon Twigs a la guitarra y la voz de Asha Lorenz de Sorry.
En general el resto siguen una senda similar: canciones aterciopeladas y apacibles, sensación acentuada por su suave y evocadora voz. Baladas sobre bases de esponjoso R&B contemporáneo como “Madhouse” o “Hi”, escrita esta última en colaboración con Rose Elinor Dougall y Edd Holloway durante un campamento de composición de canciones de Spotify. En el disco ha participado, sobre todo en tareas de producción junto al propio Matt, Jonathan Rado, de Foxygen, quien se ha convertido en uno de sus principales socios creativos en estos últimos años.
Matt Maltese se revela con este nuevo trabajo como una especie de crooner indie, quien sabe si siguiendo la estela de gente como Richard Hawley, Father John Misty o Destroyer, aunque entre sus referencias también hay contemporáneos como Alex Cameron, Gus Dapperton o Boy Pablo.
