Desde la pequeña Mungia, a escasos veinte kilómetros de Bilbao, Belako siguen asaltando audiencias de aquí y allá. Su cuarto álbum, “Plastic Drama” (Belako Rekords/BMG, 20), retrasado unos meses por la llamada crisis sanitaria, se desveló casi en su totalidad, a canción por semana. Lo que, en su caso, equivale a traducir en un hit cada siete días.
Y aún andan en esa edad revoltosa en la que cumplir años no es acumular desganas y entropías, sino un impulso estimulante para escalar peldaños en la escalera de la estimación, como pudiera plasmar un cuarto álbum, Plastic Drama, que simboliza estos tiempos donde ningún estilo prevalece claramente sobre los demás (negociado “urban” aparte), sino que más bien se superponen, enlazan y ayudan. Dance rock, post-punk… arrojados con la fuerza de un ciclón y la susceptibilidad de un lienzo aproximadamente naíf. Eufórico, como cuando un bebé oye de repente un sonajero, pero también reflexivo a la manera impetuosa de una borrasca titubeante. Y muy efectivo, muy resultadista, despojado el matiz peyorativo.
Tan visceral que parece planeado, “Plastic Drama” avanza como una colección de redondos himnos para corear en esos escenarios plagados de entusiasmo vital pre-Covid, lo que no desdeña alentar otras posibilidades emocionales: la seductora nocturnidad del tema homónimo, la sombría fantasía de “Marinela2017”, el dulce murmullo sonámbulo de “Time Me Up”, la rabia simétrica de “All Nerve”, los vaivenes anímicos de “Profile Anxiety”, el toque afrancesado y versátil de “Sirene”… Todo ello en el marco incomparablemente elíptico del ser humano consumido por la urgencia y banalidad del propio consumismo, en una era donde la frugalidad apenas capta adeptos. Hablamos con ellos y ellas. Cris Lizarraga, Josu Ximun Billelabeitia, Lore Nekane Billelabeitia y Lander Zalakain.
Fuisteis entregando este álbum casi canción a canción, al modo que históricamente se publicaban los singles, sólo que en vuestro caso con sólo una semana de diferencia. ¿Creéis que difiere la escucha de un álbum de esta forma secuenciada, o pensáis que la validez de un álbum está precisamente en el poder de sus temas uno a uno?
Cada álbum es un mundo y se plantea de forma diferente. Creo que ambas opciones son válidas. En nuestro caso, nuestro anterior disco Render Me Numb, Trivial Violence estaba pensado para ser escuchado de arriba abajo, como un viaje, con sus puentes y transiciones. Plastic Drama en cambio es mucho más directo, los temas funcionan mejor uno a uno, lo cual nos ha venido bien para ir adelantándolos durante la cuarentena al ver que teníamos que retrasar su publicación.
“En general, no solo para la gente joven, la música ha perdido valor y ya no se va tanto a conciertos ni se compran tantos discos. Eso sí, los festivales están petados y las plataformas digitales echan fuego”.
Por otro lado, ¿qué os seduce más como músicos: encontrar un sonido identificativo o dejar canciones en la memoria de la gente?
Diría que nos quedamos con dejar canciones en la memoria de la gente. Al fin y al cabo en los cuatro discos que hemos publicado no hay un sonido definido, al contrario, nos gusta hacer los discos según lo que sentimos en cada momento y de la misma forma, no repetirnos. Diría que tanto en Render como en Plastic Drama hay un sonido más concreto o más parecido, que hemos hecho un poco “nuestro” y con el que nos sentimos super a gusto. Pero no sabemos que pasará en próximo. Según por dónde nos dé el aire.
“Plastic Drama” es indudablemente muy completo y variado, y a la vez defiende un discurso crítico sobre los seudo dramas de nuestra sociedad pre-Covid. ¿Debe ser esa la lectura, ahora que hemos conocido una desgracia universal como ésta?
Creo que la lectura de “Plastic Drama” es la misma antes del Covid y después de este. Durante la cuarentena era inevitable relacionar el significado de “Plastic Drama” con lo que estábamos viviendo. Nosotras mismas cuando hablábamos entre las cuatro, al principio y al ver todo lo que estaba pasando y que todo lo que habíamos construido durante meses se estaba cayendo (y se iba a caer del todo), nos dijimos: “peña, plastic drama” (risas). era como una forma de ver que sí, había un drama general, todo era un drama, pero realmente estábamos bien, sanas y nuestras familias también.
A parte de todo esto, no había más que ver las noticias para darse cuenta de que en muchos lugares del mundo la situación era muchísimo más dramática y eso era “solo” lo que se veía o nos llegaba. Por no mencionar que los grandes problemas del mundo seguían ahí, intactos. Lo “único” es que había y hay una pandemia alrededor de estos, que afecta a todo el mundo.
Qué supone el fichaje por BMG internacional, ¿qué términos del contrato se pueden destacar y cómo pensáis os afectará en el futuro?
Más que un fichaje es una colaboración. BMG ya fueron nuestra editorial en el anterior disco y la cosa funcionaba muy bien. Ellos veían bien nuestra formula de trabajar, en donde entra en juego Belako Rekords, nuestro propio sello. Es algo simbólico, pero nos permite ser dueñas de los derechos de nuestras propias canciones. Nosotras nos encargamos de todo el tema artístico y BMG se encargan del lanzamiento. La verdad es que trabajan genial y tenemos muy buena relación con ellos. Estamos encantadas la verdad.