Maru Gandolfo: una vida atravesada por el arte

Grupo Mediatres dialogó con la artista para conocer más detalles sobre su historia y sus proyectos en teatro y con las ficciones digitales conocidas como diginovelas.

NEWS24 de marzo de 2025
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Por Florencia Belén Mogno.

 

 

Sin dudas, a lo largo de los últimos años la industria del entretenimiento experimenta una transformación significativa con la llegada de la revolución digital. En ese aspecto, se presenta una fusión entre las disciplinas clásicas como el teatro y el cine con las nuevas tecnologías y plataformas digitales, lo cual le permitió a los artistas llegar a audiencias más amplias y diversificadas.

 

Un caso representativo de ello es el de Maru Gandolfo, la artista que se destaca tanto en el teatro como en el cine y quien además es una pionera en Argentina de uno de los contenidos boom dentro del mundo digital: la diginovelas.

 

En este contexto, Grupo Mediatres dialogó con Gandolfo para conocer más detalles sobre sus proyectos y cómo ha logrado combinar sus facetas artísticas entre los géneros clásicos y los formatos nuevos. 

 

Maru Gandolfo es una actriz, comunicadora social, deportista y otrora empresaria argentina que cuenta con una extensa formación profesional y que se ha logrado consolidar dentro del ambiente artístico a partir de sus diversos trabajos en teatro, cine, televisión, entre otros.

 

Con el arte en el ADN

 

Venís de una familia de artistas, pero tu carrera comenzó con un sueño literal. ¿Puedes contarnos más sobre ese sueño y cómo influyó en tu decisión de ser actriz?  

 

M.G: Desde los 11 años que yo quiero ser actriz. Mi mamá dice que cuando yo nací, ella sintió como que estaba en una película. Y mi primer trabajo fue con Cristina Le Mercier. Ahí yo canté, fui al programa y me encantó. Y después empecé a estudiar teatro y me gustó más. Ya desde chica, en el colegio, protagonizaba casi todas las obras. Respecto al sueño fue en la pandemia. A mí me llamaba mucho la atención en los noticieros, cómo aparecía la cifra de las muertes, era un número de millones que iba subiendo más 6 más. Yo me quedaba helada. Me acuerdo que esa noche me fui a dormir y soñé que me moría, que estoy enterrada en el piso, y estaban mis hijos alrededor de mi lápida, y Bruno, mi hijo miraba la lápida y decía: "Pobre mamá, ella siempre quiso ser actriz". Yo en ese momento era empresaria, tenía 130 empleados a cargo, tenía una distribuidora de alimentos con un socio. Después de eso que me pasó, en menos de una semana y media vendí todo. Hablé con todos los empleados, le expliqué a todo el mundo, y me dediqué a actuar. El primer casting que hice fue en Telefé, y quedé para "Manos arriba chef"; después empecé a hacer  obras de teatro y así fue como arranqué.

 

Más allá de este caso puntual, ¿cómo empezó tu vínculo con el arte y cómo te ha acompañado a lo largo de los años?

 

M.G: Yo creo que mi vínculo con el arte viene desde antes de nacer, porque es algo que es una llama que no se pudo apagar y que, por supuesto, se alimentó. Mi abuela paterna, Beatriz Gandolfo, trabajaba en ese momento para Alejandro Romay, producía programas de televisión. Yo en esa época era muy chiquitita, pero tengo muchísimas fotos, más de lo que recuerdo, acompañándole a ella a la feria del libro, saludando a todos los artistas. Mi tío, Eduardo Gandolfo, también es actor. Yo pedía clases de actuación desde chica. Primero empecé a tomarlas en el colegio y después en diferentes escuelas de teatro. En ese entonces yo lo tomaba como un hobbie, porque había que recibirse de otras profesiones con más salida laboral. Estudié administración de pymes, y cuando me recibí, le di el título a mi papá y a mi mamá, y les dije: "Bueno, acá está lo que ustedes querían que yo estudiara. Ahora me voy a estudiar lo que yo quiero". Y así estudié comunicación social, siempre en paralelo con teatro y haciendo obras. 

 

Justamente en relación al teatro, tu próxima obra, “Para Anormales”, se estrena en abril, ¿qué nos podés adelantar sobre este proyecto y de tu personaje? ¿y cómo te llegó la propuesta?

 

M.G: El 4 de abril estrenamos y va a estar todos los viernes a las 22 horas en el Paseo  la Plaza. Yo había trabajado con el director anteriormente y me gustó mucho trabajar con él; me conoce bastante, así que me puede decir las cosas sin pelos en la lengua, eso me gusta. Soy bastante crítica de mi trabajo, así que me encanta que me digan la verdad, y me encantan los desafíos. Ellos me ofrecieron esta obra que faltaba una actriz, que era la directora del colegio, pero yo no me sentía tan cómoda con el papel de Olga y había otro que me encantó desde el primer día que leí la obra, que es el papel de Sara. Y pasó que renunció la actriz que hacía a Sara, entonces le propuse al director; me probaron, me dijeron: “Maru, vos fuiste Sara desde el principio", y así fue.

 

A la hora de encarar un proyecto nuevo como actriz, ¿de qué manera llevas adelante este proceso?

 

M.G: Ni bien me llega el texto, por supuesto lo leo varias veces, trabajo un rato sobre el guión, empiezo a utilizar la imaginación, mucho tiempo tranquila, sola con el guión. Después, empiezo a buscar en mi memoria personajes que se parezcan a este personaje. Empiezo a trabajar con el tema del vestuario y detalles. Es un proceso largo, a veces no tengo tanto tiempo. Busco historias parecidas que yo haya vivido o gente que me haya cruzado, y después trabajo mucho la observación. 

 

Además de tu faceta quizás más "clasica” también sos una figura destacada dentro de las diginovelas. ¿Cómo nació tu interés por este tipo de contenido y qué desafíos implica producirlo?  

 

M.G: Cuando estaba haciendo teatro, empecé sobre Corrientes. Un día teníamos funciones y vi cerca una cola de personas como de dos o tres cuadras. Pensé que era para una obra y no, era que iba a va a haber una influencer y en un evento en Tecnópolis vi una situación igual con unos influencers de TikTok o de YouTube y pensé “lo que es la movida". Yo empecé a dedicarme a la actuación de grande, y hablando con un productor me dijo: "Maru, vos podés ser una excelente actriz o un excelente cantante, pero si no te conocen, te tienen que ver. Entonces, mostrate", y así empecé. El primer video que tuve de una diginovela tuvo 10 millones de visualizaciones. Actualmente estoy con un proyecto y es una producción constante, porque grabamos entre 8 y 10 capítulos por día, o sea, por jornada. También, con el tiempo, empecé a ver que funcionaba más, empecé a entender quién miraba esto, que la gente lo consumía en el colectivo o mientras están haciendo otras cosas y así me fui metiendo en todo el mundo digital.

 

Por otra parte, además de la obra y todas las otras actividades que llevas adelante, ¿qué otros proyectos se avecinan en tu futuro?

 

M.G: Encaré algunas cosas que me gustan hacer. Armé una productora que se llama La Almeja Films, que encara proyectos dirigidos por mujeres o donde las protagonistas principales son mujeres, en películas de acción o cosas que tradicionalmente no tienen a una mujer en el personaje protagónico. Y estamos con un proyecto que es "Mariposas Negras" que es un largometraje/serie. También tengo un proyecto de hacer un musical. Tengo muchas ganas de incursionar en la comedia musical en el teatro, así que hay varios proyectos, incluido el mundo de las diginovelas.

 

Por último, ¿qué sueño o sueños artísticos te gustaría poder cumplir?

 

M.G: Yo creo que ya este es un sueño cumplido. Por supuesto que sí, que pido más. Quiero que salga "Mariposas Negras", esta película que está muy bueno  el mensaje que tiene. Creo que todavía no tengo claro qué es lo que quiero, pero creo que lo que más me gusta del arte y de todo esto que estoy haciendo es la posibilidad de poder comunicar. Eso es, en definitiva, lo que estudié: la comunicación. Y poder comunicar a través del humor, a través de las interpretaciones de mis personajes. 

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